miércoles, 2 de diciembre de 2015

Gestión del Conocimiento, ¿moda o realidad?


El avance hacia una economía del conocimiento es algo más que una realidad, los vínculos entre conocimiento, innovación y productividad son indiscutibles en el ámbito empresarial y por si fuera poco, el mundo de los negocios requiere que los conocimientos y experiencias de los expertos sean identificados, codificados y compartidos en beneficio de la organización a la que pertenecen. Los directivos buscan que sus organizaciones reaccionen con mayor agresividad a las exigencias del mercado y toman como medida incrementar el valor de los productos y servicios que generan, descuidando por completo la mayor fuente de enriquecimiento que existe: el conocimiento estratégico concentrado en su propia organización.


La gestión del conocimiento mejor conocida como (Knowledge Management, KM) integra  métodos y herramientas que facilitan identificar y capitalizar el conocimiento de una empresa, haciendo posible organizarlo, transformarlo y potenciarlo, de tal suerte,  que pueda ser aprovechado por las personas en diferentes momentos de su vida laboral, garantizando con ello la operación de los procesos clave de la cadena de valor.

 En las organizaciones existen profesionales formados con gran experiencia en diferentes ramas de conocimiento, cuyo proceso de aprendizaje ha significado una verdadera inversión organizacional, lograr transmitir ese conocimiento con rapidez y oportunidad puede redituar a las empresas resultados inmediatos de actuación, eficacia y productividad. No es cuestión de moda, es una urgente necesidad de resguardar de manera estratégica el conocimiento clave que sustenta los procesos organizacionales para después convertirlo en elementos de aprendizaje, al alcance de las personas.

La gestión del conocimiento, es un proceso en sí mismo, que va más allá de un simple almacenar información relevante, implica identificar los elementos valiosos, para luego  transformarlos y utilizarlos como herramienta de competitividad. Se dice fácil, sin embargo, es una triste realidad que muchas empresas no sólo no se han preocupado por respaldar el conocimiento, sino que consideran poco relevante establecer mecanismos para identificarlo y gestionarlo.

Las herramientas de la tecnología de la información, están siendo clave para mantener vivo el conocimiento, las raíces e historia que dieron vida a la organización pueden ser transmitidas con rapidez al personal  de nuevo ingreso para potenciar su asimilación y evolución. La gestión del conocimiento debe partir de una iniciativa de la alta Dirección que permita estructurar de manera sencilla una metodología que facilite documentar el conocimiento clave de las diferentes áreas, ser analizado y procesado por un área experta y transformado en cápsulas de aprendizaje a disposición de las personas que la organización considere que deben utilizarlo.

La curva de aprendizaje se optimiza, las mejores prácticas se potencializan y el conocimiento clave se  capitaliza por el personal de nuevo ingreso,  el personal con potencial y la generación de relevo, dando como resultado una estructura de aprovechamiento del aprendizaje tanto individual como organizacional que difícilmente puede ser igualado por la competencia.
Jacquie Arévalo Rubio





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