La Responsabilidad Social Corporativa( RSC) se
refiere a cuando las empresas deciden de forma voluntaria contribuir al logro
de una sociedad mejor y un medio ambiente más limpio. Se fundamenta en que el funcionamiento general de una empresa debe
evaluarse teniendo en cuenta su contribución combinada a la prosperidad económica,
la calidad del medio ambiente y el bienestar social de la sociedad en la que se
integra.
El compromiso por parte de las empresas con la
sociedad es crucial. Desde el año 2003 se promovió en México una nueva cultura
laboral que buscaba, entre otras cosas, generar políticas de diversidad y
procedimientos que sancionan la discriminación. Así surgieron distintos
mecanismos con el cuales el gobierno, las empresas e instituciones pudieron
informarse adecuadamente de estos temas.
En el 2005 la STPS creó el reconocimiento de
empresa incluyente para impulsar en las empresas la contratación de personas
con discapacidad y adultos mayores, y a
partir de aquí, las corporaciones institucionalizaron sus políticas de
integración laboral y de no discriminación, abriendo sus puertas a todas
aquellas personas que cubrieran el perfil del puesto vacante. En 2008 la
Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación, lanzó su reconocimiento por
una cultura de la no discriminación.
Inclusión laboral
La discapacidad pertenece a ese panorama de la
diversidad humana. En el contexto de las organizaciones es necesario provocar y
difundir una nueva ética social para lograr la eliminación de la discriminación
y la integración de personas con discapacidad en los distintos puestos de
trabajo, bajo condiciones óptimas y dignas.
La inclusión significa que las personas puedan
participar en conjunto en alguna actividad que implique una situación de
igualdad. Consiste en que las personas
con y sin discapacidad experimenten y compartan las mismas condiciones al mismo
tiempo.
Inclusión laboral de personas con discapacidad
En el panorama de la formación de personas con
discapacidad la inclusión laboral en las organizaciones debe convertirse en una
política empresarial destinada a contratar sistemáticamente y profesionalmente
a personas con discapacidad en igualdad de condiciones.
En este
sentido, la diferencia entre integración e inclusión debe destacarse, ya que
integrar es en un sentido simple es abrir las puertas a las personas con
discapacidad y tratarlas tomando en cuenta sus necesidades y aptitudes. Incluir,
es incorporarlos de forma planteada a la vida laboral en igualdad de
condiciones que los demás[1].
1.
Garantía a la igualdad de oportunidades laborales,
igualdad en las condiciones de trabajo y de seguridad social.
2.
Hacer valer el derecho a la no
discriminación y la responsabilidad del cumplimiento de obligaciones que tiene
el lugar de trabajo (empresa).
3.
Incluir a la persona con
discapacidad debido a que es la persona idónea para el puesto, no por cubrir un
requisito o por conmiseración.
4.
Ubicar a la persona en el puesto
adecuado en relación a sus conocimientos, habilidades e intereses personales.
5.
Considerar en la elección del
candidato únicamente los conocimientos, competencias y habilidades requeridas
para el puesto.
6.
Recordar que cada persona es un ser
humano con gustos y aspiraciones diferentes y particulares.
7.
Trabajo, descartando la creación de
áreas o puestos específicos para ellos.
8.
El derecho a la formación y al
trabajo, para la personas con discapacidad es una oportunidad para que sus
capacidades sean reconocidas y valoradas por ellos mismos y por el medio, y para su desarrollo pleno a
través de actividades productivas. La integración en espacios laborales o el
trabajo pueden ser una ocupación rehabilitadora y terapéutica por excelencia.
Formación profesional para el empleo de
personas con discapacidad[3]
Este tipo de formación está dirigida a impulsar y
extender entre las empresas y las personas con discapacidad una formación que responda
a sus necesidades.
Sus fines se enfocan a:
·
Favorecer la formación a la largo
de la vida de las personas con discapacidad, mejorando su capacitación
profesional y su desarrollo personal.
·
Proporcionar a las personas con
discapacidad los conocimientos y las
prácticas adecuadas a las competencias profesionales requeridas en el mercado
de trabajo y a las necesidades de las empresas.
·
Mejorar la empleabilidad de las
personas con discapacidad.
·
Reconocer la formación profesional
como un derecho individual.
·
Reconocimiento y acreditación de
competencias de las personas con discapacidad a través de procesos formativos
formales y no formales.
Para las
personas con discapacidad es vital tener acceso a la formación que les permita
involucrarse en contextos laborales, lo cual requiere un esfuerzo importante por
parte de las empresas.
Cambiar
la imagen y comprensión de las necesidades, oportunidades y contribución de las
personas con discapacidad, es sin duda un gran reto que pocos se atreven a
enfrentar.
Garantizar el acceso al empleo y la igualdad de
oportunidades, hoy en día marcan la diferencia entre las empresas comprometidas
con el desarrollo y progreso del país.
Ariana LVH
@arianalvh
[1] Díaz, M. P. (2011). La
inclusión laboral y social de los jóvenes con discapacidad intelectual. El
papel de la escuela. Revista
Interuniversitaria de Formación de Profesorado, 25(1), 185-200.
[2] Martínez Domínguez, B.
(2011). Las medidas de respuesta a la diversidad: posibilidades y límites para
la inclusión escolar y social.
[3] Valls, M. J., VILÀ, M., & Pallisera,
M. (2004). La
inserción de las personas con discapacidad en el trabajo ordinario. El papel de la familia. Revista de Educación, 334, 99-117.
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