La capacidad para innovar es el
conjunto de condiciones que al sumarse dan como resultado la generación de conocimiento con orientación
estratégica que agrega valor.
En un mundo de alta exigencia, la innovación es un diferenciador de
competitividad que potencia el desempeño y resultados de las personas.
La buena noticia es que la
innovación no es una posición mental, sino una competencia que se puede
desarrollar y da como resultado que las personas amplíen su visión y
perspectiva de acción, logrando
decisiones de mayor alcance que
modifican y benefician el entorno en el que se desarrollan.
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